Sinceramente

En realidad, no entiendo para nada el punto de lo que estoy a punto de escribir. 
Esta entrada no significa que de la nada vuelva a escribir en este blog.
Si vuelvo a escribir cosas, no será aquí (¿o sí?)


Después de leer un rato hay algo que me gustaría aclarar (en realidad, algo que me gustaria aclararme a mí misma).

Me topé con este blog por accidente mientras buscaba otro archivo.

Lo que quiero aclarar es que nunca estuve tan triste como suena en este blog, pues aquí solo escribía cuando me sentía más desesperada.

En este blog se describe mucho mi culpa con C. 
C, C, C, C.
Curioso.

2019 (mes final) y C ya no significa nada más que un buen recuerdo con quien cruzo palabras de vez en cuando.
Le quiero mucho, mucho.

Porque sé que le describí muchas veces desesperante.

Nunca lo fue.

Era bueno.

Bueno conmigo.

Me tenía paciencia.

No sabía cómo.

Era torpe.

TORPISIMO.

Pero intentaba.

Y lamento todas esas veces que le grité exasperada.

Y lamento ser tan mala para aclarar las cosas.

Y lamento no haberlo entendido.

Y no haber puesto el mismo esfuerzo en entender, y en intentar.

El día que nos separamos fue para nunca volver.

Y lo hice llorar mucho.

MUCHO.

De por sí era bien llorón, aunque eso no más yo lo sabía.

No te merecías todo eso, con todo y todo.

Pero me alegra que aún seamos capaces de dedicarnos una sonrisa sincera y un abrazo cuando nos vemos (que es prácticamente nunca, pero cuenta).

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Y bueno, ya terminé la carrera. Me gradué de esa carrera que intenté dejar y que pareciera ser que odie a todos.

No odié a todos.

Soy bien exagerada tantas veces.

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Aunque eso sí, no salí con muchos amigos.

Toneladas de conocidos, sí.

Todo es extraño.

Ya me gradué.

Y sigo dudando en si escogí bien mi carrera.

Pero algo trae la adultez y es que estas cosas se resbalan más fácil

Y no te la pasas frustrado por si escogiste bien la carrera.

Solo lo piensas de vez en cuando.

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Hay algo que es cierto.

Sigo siendo solitaria.

Pero mi enfoque cambió.

Qué importa estar tan solo.

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En este momento mi vida es rara, lucho contra mí misma por muchas cosas.

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Pero tengo alguien que me quiere, y lo quiero. Mucho. Mucho. Mucho. Mucho. Mucho.

Pero ese es tema para otra entrada.

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Y no aquí.


Definitivamente, no aquí.

Aquí murió Cup adolescente.

Más bien, Cup.

Cup la adolescente que nació a los 14 aquí (había nacido antes de que empezara el blog)

Y en realidad murió a los 20.

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Ahora tengo otro nombre.

Que no sé cuánto dure.

KE PEDO

Ke pedo.
No sabía que aún existía este blog,
JAJA.
Más bien, ni me acordaba que existía.
La vida es chida.
Ya me gradué amikos.
Bye.

¡Y las arañas!

Vengo a publicar la entrada anual.

Pasó exactamente un año de última vez que publiqué una entrada, y creo que esa fue la última vez que me sentí así. 

Me pregunto si alguien verá la entrada esta vez (si estás leyendo esta entrada, deja un comentario, es muy lindo saber que algunas personas todavía miran este lugar).


Después de esa entrada, mi vida cambió mucho. Me enfrente con muchas situaciones que me hicieron crecer y hoy los problemas son enteramente diferentes.

Ya no me da ansiedad porque, básicamente, no tengo tiempo para que me dé ansiedad. Estoy llena de tareas y proyectos y trabajo y las arañas.

El símágico regresó y peor que nunca.

Si mi yo del pasado leyera todo esto, no se la cree. Soy totalmente diferente ahora, supongo que al fin crecí.

Entraron muchas nuevas personas en mi vida, salieron muchas otras. Ahora cada día es adenalina, mucho cansancio, muchas cosas nuevas, mucha gente. 

¿Cómo describiría mi vida ahora? Rápida, fugaz, en caliente. Una cumbia, una canción estidente, calor, brillo, groserías, etc.

Atte: Cup, siempre Cup